Del ecommerce al D2C
Esta sigla, que significa “comercio electrónico directo al consumidor” implica nuevos desafíos para las marcas, pero la recompensa es enorme: un crecimiento ilimitado de sus ventas por Internet.
Sabemos que la pandemia aceleró el desarrollo de hábitos digitales tales como comprar por internet y realizar cursos de capacitación 100% remotos. Dicho esto, ya no alcanza con que una marca tenga un carrito de compras online: tiene que contar con una estrategia de D2C. Y esto implica conjugar aspectos como flexibilidad, mayor control y una propuesta más valiosa para los clientes.
Si bien los retos de pasar del ecommerce al D2C pueden parecer enormes, las oportunidades de desarrollo también lo son ya que una marca con una estrategia inteligente puede crecer sin límites. En tal sentido, se espera que las ventas de D2C solo en Estados Unidos alcancen los 151.200 millones de dólares en 2022, un aumento del 16,9 % con respecto a 2021, y existe una tendencia similar en toda Europa y Latinoamérica.
Son muchos los beneficios por los cuales a las empresas les conviene ir directamente a los consumidores, incluida la diferenciación de marca y el control sobre los precios, la capacidad de ofrecer mejores experiencias de cliente y personalización. Llegar directamente a la gente permite innovar en base a los comentarios de las personas en tiempo real. Las nuevas herramientas y tecnología están facilitando el lanzamiento de un negocio, pero también se trata de estar cerca de los clientes con acceso directo a sus datos para su correcto análisis a través del conocimiento de Data Analytics, y un gran enfoque en la experiencia del cliente y, cada vez más, en la comunidad.
Evidentemente, el D2C requiere de colaboradores con habilidades digitales específicas para poder escalar las experiencias de los clientes y, luego, poder usar datos propios para fines personales. La buena noticia es que desarrollar esas destrezas puede tomar poco tiempo con los cursos cortos y a distancia de Digital House.