El trabajo flexible llegó para quedarse
En el marco de la Cuarta Revolución Industrial que ya está entre nosotros, las empresas ponen el foco en que los colaboradores sean productivos. La otra cara de la moneda es que el profesional no quiere trabajar en cualquier compañía, sino en aquella que le ofrece un trabajo flexible. Esta cuestión toma suma relevancia desde el momento en que a las organizaciones les está resultando muy difícil encontrar a los perfiles que necesitan, ya que hay escasez de ciertos profesionales.
El tema del trabajo flexible se torna, entonces, clave. De hecho, los profesionales no solo creen que son más productivos en el trabajo flexible, sino que lo consideran un factor decisivo al elegir una nueva empresa, según una encuesta del International Workplace Group (IWG) realizada a principios de 2019.
El sondeo a 15,000 profesionales, incluidos directores, empleados, consultores y empresarios de 80 países, muestra que el 83% de este grupo considera que la flexibilidad laboral es un factor decisivo para elegir una oferta de trabajo. Otro 85% notó un aumento en su propia productividad cuando se adhirieron al nuevo modelo de trabajo.
Y no es difícil imaginar la razón detrás de estos resultados. La relación con el trabajo ha cambiado y los profesionales buscan cada vez más mantener un equilibrio saludable entre la vida personal y el trabajo. La calidad de vida, según los datos de IWG, es la principal motivación para buscar trabajo flexible.
Trabajo flexible significa, en pocas palabras, que el colaborador pueda recoger o llevar a sus hijos a la escuela, almorzar en casa e ir al banco o ver a un médico, por nombrar algunos ejemplos frecuentes. Todo esto sin causar tensión y estrés con los superiores y otros compañeros de trabajo.
El trabajo flexible se puede adoptar de muchas maneras dentro de una empresa. Es posible ofrecer la opción de home-office algunos días de la semana, o que el propio empleado pueda elegir la hora de ingreso y egreso de la empresa.
Al contrario de lo que algunos gerentes pueden creer, la adopción de horarios de trabajo flexibles disminuye la cantidad de ausencias y demoras. Suena contradictorio, pero la razón es bastante simple: los empleados se sienten más satisfechos y, en consecuencia, se comprometen más.
Para la empresa, este aumento en la productividad y el compromiso genera resultados positivos en el logro de objetivos, el desarrollo de nuevos proyectos y, lo más importante, en el equilibrio financiero.
Por otro lado, los empleados se benefician de la calidad de vida, la reducción del estrés y el equilibrio entre la vida laboral y personal. En resumen, se trata de una ecuación en la que todos ganan.